Reivindicaciones sociales, hoy, aquí, ahora
Durante estos tiempos de crisis Catalunya ha sido la comunidad que más ha sufrido el proceso de recortes y, me atrevo a decir que de desgobierno.
Hoy, cuando Catalunya despierta con una de las mayores reivindicaciones, sumergidos en un huelga general contra unas severísimas condenas por la valoración como delito extremo en el ejercicio de una idea política; una sentencia que rezuma animadversión y hostilidad, que muy lejos de una valoración de los hechos busca el escarmiento de unos líderes y de advertencia a la población catalana. Pues bien, no podemos perder de vista, porque solo tenemos una vida y la precariedad se ha instalado en la sociedad catalana, que las reivindicaciones internas en esta Catalunya son de un calado profundo.
¿Podemos aceptar que nuestra Catalunya, siendo la comunidad con el sexto presupuesto por cápita, esté situada en tercera posición por la cola en gasto sanitario y la quinta en gasto educativo?
Habrá que hacer algo de memoria pues las reivindicaciones del Procès no pueden obviar la realidad social. Fue en el año 2010, durante la primera legislatura del President Mas, apoyado por el Partido Popular quien llevó a término importantes recortes. Como consecuencia de ello la contestación social fue acentuándose hasta llegar a bloquear el Parlament por ciudadanos indignados, que aún hoy lo están. Y nos preguntamos si aquella oposición ciudadana fue el inicio del giro independentista de CIU. Hecho que se demostró por el giro copernicano tras las elecciones del 2012 cambiando de socio, del PP a ERC, manteniendo los mismos recortes y las mismas políticas de privatizaciones, políticas que un partido de izquierdas como Esquerra nunca debió tolerar, pero el poder es el poder.
Desde la entrada de ERC en el gobierno el proceso independentista ha intentado eclipsar todas las reivindicaciones sociales con el slogan “Hagamos primero la República, después ya arreglaremos lo social…”
El cambio de gobierno por la defenestración del Sr. Rajoy y una cierta recuperación económica [que ha afectado más a las grandes empresas que a los trabajadores… la productividad ha crecido en 130m€ pero los salarios se han depreciado un 0`8%…] han provocado que rebroten con fuerza las reivindicaciones pendientes durante demasiado tiempo sepultadas en en el fondo de los cajones administrativos pero insistentes en las calles.
Durante estos tiempos de crisis Catalunya ha sido la comunidad que más ha sufrido el proceso de recortes y, me atrevo a decir que de desgobierno. Los gobiernos de Mas, Puigdemont y Torra han estado mucho más ocupados en vender el agravio territorial que en gobernar el país, produciéndose un gravísimo deterioro de los servicios públicos básicos como la sanidad, la enseñanza, la dependencia, por poner simplemente unos ejemplos
Las condiciones de los sectores más desfavorecidos de la sociedad han visto deterioradas sus condiciones sociales de una manera inimaginable. Hemos retrocedido varias décadas. Las privatizaciones y los recortes en la sanidad se han situado alrededor del 28%. En cuanto a la comunidad educativa hay un 12% de reducción en el gasto. Otro ejemplo ilustrativo son las matrículas universitarias: son las más caras de todo el Estado, y los rectores de las Universidades públicas claman por una financiación acorde a las necesidades que proporcionan a las nuevas generaciones una igualdad de oportunidades frente a los alumnos de las Privadas, que sí pueden pagar matrículas desorbitadas e inalcanzables para las clase trabajadora. Podríamos seguir hablando, pero nos detendremos con un último ejemplo: el gasto social se ha recortado en un 20% y el conjunto de funcionarios de la Generalitat son los únicos a quienes se debe parte de las pagas recortadas.
Y es por ello que este final de octubre han explotado un conjunto de sectores desde médicos de atención primaria, bomberos, estudiantes, y los promotores de “La Renda Garantida de Ciudadania”, única ley del Parlament aprobada por unanimidad, pero que ni se rinden cuentas de la gestión, ni se aplican los parámetros valorativos de la misma. La ciudanía solo encuentra la apatía y el desprecio de un Govern de la Generalitat que no cumple con su función principal que es atender las necesidades de la ciudadanía. Y decimos apatía y desprecio porque parece que el Govern y su President tengan otros intereses que los ocupan de forma prioritaria. Eso sí, a pesar del desgobierno han continuado los recortes y privatizaciones durante todo este periodo y la presentación de la llamada “Llei Aragonés” ha colmado el vaso.
Hemos oído y leído declaraciones como esta: “A veces nos distraemos con cuestiones que no son las esenciales. Que si 85 días de lista de espera, que si tendrían que ser 82… Nos estamos peleando por las migajas. Tenemos que ir a la resolución real del problema”. Eduard Pujol. Mientras la mortalidad ha crecido y la esperanza de vida se sitúa en un -0’8%.
Todo lo enumerado demuestra que nuestros gobernantes tienen un claro sentido de clase privilegiada despreciadora de las preocupaciones de la vida diaria de la ciudadanía a la que apelan solo por motivos de interés político propio, hecho muy plausible pero que no debe estar en desacuerdo con las pretensiones de vivir una vida digna en la actualidad.
Tal vez sea por eso que las manifestaciones reivindicativas sociales ya no tienen su punto final en la Plaça de Sant Jaume, porque la gente quizás ya no espera nada de un “Govern que governa” y trasladan su destino final frente al Parlament sede la soberanía para ver si algún grupo tiene la capacidad de escuchar lo que la ciudadanía reivindica y lo transforma en proyectos de ley.
Por eso reclamamos una vuelta a realidad, un regreso a las políticas sociales efectivas y que están marcadas por los movimientos sociales como La Marea Pensionista, la Marea Blanca, La renda garantida de ciutadania, las Ampas administradoras de comedores escolares, etc, etc un muy largo etc.
No nos dejemos engañar porque estos partidos son los mismos que desde diciembre de 2010 hasta el día de hoy han sido los que más han recortado y privatizado de todo el Estado, y la bandera que nosotros exhibimos es la de la dignidad de las personas, la fraternidad entre todos y la igualdad de oportunidades para nuestros hijos y nuestros nietos.
Prudenci Vidal Marcos
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