CATALUNYA
Mascarillas obligatorias: ¿se evitarán así los contagios?
La Generalitat impone desde hoy el uso obligatorio de mascarilla en los espacios públicos como medida para evitar rebrotes de la Covid. Mientras tanto, las condiciones de precariedad laboral que están detrás de la nueva ola de contagios siguen sin cuestionarse ni atajarse.
Jueves 9 de julio
Las personas mayores de seis años estarán desde hoy obligadas a llevar mascarilla en Catalunya en todo tipo de espacio público, independientemente de si se cumple
o no la distancia de seguridad.
Así lo avanzaba ayer miércoles el presidente de la Generalitat y más tarde confirmaba la consellera de presidencia en una rueda de prensa. No llevar la mascarilla comportará una sanción económica de 100 euros.
Esta decisión se toma como medida para evitar nuevos rebrotes como los aparecidos en la comarca del Segrià u otros focos importantes en del Estado español.
Una decisión no exenta de polémica, ya que diversos expertos y científicos no la avalan por no conocerse todavía de forma exacta como se contagia la Covid-19.
Pero si algo deja en claro esta decisión, es que las administraciones siempre ponen el foco en culpabilizar a la gente, en particular la clase trabajadora y los sectores populares, mediante el discurso de la "responsabilidad individual".
La mayoría de rebrotes a día de hoy se están produciendo en puestos de trabajo con pésimas condiciones laborales, como es el caso de los temporeros de Lleida.
A pesar de ello, la solución del Govern, no se dirigirse a poner fin a estas situaciones de extrema precariedad laboral y garantizar medidas de higiene y seguridad en los centros de trabajo. Se respetan los beneficios de los grandes empresarios, en este caso del campo, a costa de seguir permitiendo una mayor exposición a la Covid de uno de los sectores más explotados de la clase trabajadora.
Lo mismo sucede con la sanidad. La decisión de imponer el uso de mascarilla se queda muy lejos de la toma de medidas que puedan prevenir verdaderamente un nuevo colapso sanitario.
Frente a los numerosos rebrotes y, sobre todo, con la posibilidad de una nueva oleada de contagios en otoño que deje el sistema sanitario todavía más debilitado, se vuelve urgente el mantenimiento de toda la plantilla sanitaria y acabar con los recortes del personal que se inició en plena pandemia con la no renovación de los refuerzos covid.
A la vez es necesario la expropiación total de la sanidad privada bajo control de sus trabajadores, que son los que verdaderamente pueden gestionar los recursos, y sin pagar ningún tipo de indemnización. Así como la puesta de todos los recursos de la industria farmacéutica al servicio de la sanidad pública.
Pero, en vez de esto, como no podía ser de otra forma, el Govern de la Generalitat ha seguido beneficiando la sanidad privada. Un claro ejemplo de esto son los 48 millones pagados con dinero público a las mutuas y clínicas privadas por los "servicios prestados" durante la pandemia.
Queda claro que los recortes y el modelo privatizador de la sanidad pública desarrollado durante décadas son el verdadero motivo del colapso sanitario sufrido y si no se imponen medidas radicales vamos camino de que es repita nuevamente mientras los lobbies sanitarios siguen enriqueciéndose.|
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